A lo largo de la historia, los estereotipos de belleza han ido cambiando. No obstante, todos ellos implican constantes esfuerzos y sacrificios para lograr el considerado «cuerpo perfecto» y nos venden soluciones milagrosas para conseguirlos.
Lejos de este ideal, el equipo de profesionales de María Luján piensa que este no es el camino hacia el bienestar, ni tampoco hacia la belleza. Para ellos, el bienestar es una sensación de paz interior que nos permite disfrutar de los mejores días y nos ayuda a abordar con perspectiva los menos buenos. De la misma manera, son partidarios de que no existe belleza sin bienestar, de la misma manera que no hay bienestar sin paz interior.
Partiendo de esta premisa, los profesionales de María Luján enfocan su trabajo a través de los hábitos estéticos, ya que, como ellos mismos afirman, «somos lo que hacemos repetidamente, somos nuestros hábitos».
Por esta razón, los hábitos nos aportan cuidados que primero nos hacen sentir bien, pero luego acaban transformando quiénes somos. Esto, acompañado de su dulzura y excelencia, es la clave para la fidelización de sus pacientes, ya que no solo aplican tratamientos, sino que cuidan de personas. Y esta es su máxima recompensa.