Eduardo y Adriana se conocieron en el trabajo y tras dos años colaborando juntos en varios proyectos decidieron comenzar a salir. Tras cuatro años de relación Eduardo decidió pedirle a Adriana que fuese su esposa en la última planta del Empire State Building, en Nueva York.
El vestido
Adriana se dejó aconsejar por su buen amigo Raúl Betoret, quien le regaló el vestido de novia. Un precioso vestido de gasa, con pedrería en el escote y la espalda, de San Patrick. Iba acompañado por un velo a modo de casquete y completó su estilismo con unos pendientes de cuarzo rosa de Rafael Mira.
Un invitado muy especial
El encargado de llevar las alianzas de los novios fue Socio, el perro de Adriana, que estaba guapísimo con una pajarita azul eléctrico a conjunto con la corbata de Eduardo.
Pequeños detalles para grandes ocasiones
La boda fue civil y se celebró en el Molino Real de Paterna. Además, fueron los novios los encargados de toda la decoración, ya que a Adriana le encantan los detalles manuales. El banquete fue tipo buffet y, para que todo fuera más natural, los invitados no tenían mesa asignada; así que podían sentarse donde quisieran.
La tarta estaba inspirada en Nueva York y coronada por dos muñecos de los novios con mascotas incluidas.
El punto más divertido lo pusieron los invitados, quienes lo pasaron fenomenal con el fotomatón que contrataron los novios y que no dejó de sacar fotografías durante toda la noche.
La novia acompañada de su familia momentos antes del enlace.
Así se hizo
El día 19 de septiembre de 2015
La hora 20:00 h
El lugar Molino Real (Paterna)
El vestido de la novia San Patrick
El calzado Mascaró
Peluquería y maquillaje José Besó
Las joyas Argimiro Joyero y Rafael Mira
Fotografía y video Senchermés y Foto L´Equip
El viaje Andalucía