Este restaurante Japonés ofrece una degustación de platos de gran calidad en un ambiente agradable y distendido.
En pleno barrio de Ruzafa se encuentra Hotaru, un restaurante que traslada al comensal a la pureza del sabor de la cocina japonesa.
El nombre de Hotaru hace referencia a las luciérnagas, que son las protagonistas de un espectáculo de luces en la época estival en Japón. Hotaru rinde homenaje a la costumbre japonesa de celebrar y estar en contacto con lo que sucede en la naturaleza en cada momento.
En Hotaru les gusta contemplar la cocina como una fiesta en la que se reúnen los comensales alrededor de la mesa para disfrutar de la experiencia: una degustación de platos de gran calidad en un ambiente agradable y distendido. Y, si se desea, puede acompañarlos un cóctel de autor, ya sea de los de inspiración japonesa especialmente diseñados por Elisa Vidal, o cualquiera de los cócteles clásicos elaborados por su barman.
Amantes de la cocina japonesa, sus cocineros, dirigidos por el Chef Oscar Alcañiz, elaboran las preparaciones bajo la premisa de respetar al máximo el sabor puro de las materias primas, resaltando los sabores con una delicada técnica sin desvirtuar el producto. En la carta se encuentran tanto preparaciones clásicas de sushi bar, como un delicado corte de toro, como platos calientes a la Robata, o brasas de carbón japonés.
El interiorismo de Hotaru, obra de Rafa Hernani, ofrece un ambiente de calma y autenticidad. Hay elementos que evocan la serenidad oriental, como las paredes revestidas de papel japonés y el entablillado en roble, y otros que nos sitúan en algún callejón remoto de Japón, como el luminoso carmesí con el Kanji de Hotaru o el patio interior con tablones de madera envejecidos. Digno escenario para el baile del servicio de la sala, que deambula entre las mesas explicando la composición de los platos y procurando hacer de la estancia en Hotaru una vivencia inolvidable.