Ocho años después de conocerse, Pablo le pidió a Andrea que se casaran. Respetando la intimidad y el cariño mutuo de la pareja, Andrea le dijo que sí. Un 28 de mayo la boda se ofició en la iglesia de San Nicolás
MOMENTOS MÁGICOS
Contaron con más invitados de lo esperado, y la ceremonia destacó por la implicación y cariño de todos los que acudieron. El momento favorito de Andrea fue el del ramo, mientras que Pablo destaca lo feliz que estaba la novia y lo contento que se puso al verla.
MÚSICA Y APERITIVOS
Tras la ceremonia en la Iglesia de San Nicolás, se dirigieron a la Masía de la Vallesa de Mandor. Con un aperitivo de dos horas y sonando de fondo Los Fesser, los invitados no querían irse a comer: ¡estaban encantados!
UNA BODA DIFERENTE
Un toro mecánico, una pitonisa, algodón de azúcar… son algunas de las actividades que se organizaron a la hora de la fiesta. Para que no todo fuese bailar al aire libre, los novios quisieron montar una mini feria donde destacase el dinamismo y la oferta de posibilidades para disfrutar al máximo de su día especial.
