El restaurante inicia una nueva aventura y promete traer a Valencia platos de la cultura de Oriente Medio sin renunciar a su carácter familiar y su filosofía saludable.
Desde que conocimos Kukla, nos declaramos fans incondicionales de la comida del Middle Estern. Ubicado en un pequeño rincón del barrio del Carmen, este establecimiento plant based y dog friendly nos ha permitido tender puentes hacia Oriente Medio gracias a sus platos, sus cervezas de importación y el carácter familiar que transmiten Ayelet y Ronen, dueños del restaurante.
Después de dos años asentados en Valencia, han decidido que es momento de arriesgar un poco más y asumir nuevos retos y, sobre todo, de acercar al comensal valenciano, no solo la comida callejera de Oriente Medio, sino también algunos de los platos más característicos. Y para ello, el restaurante eleva su carta con propuestas exóticas y estacionales. De esta forma, su oferta gastronómica de primavera (marzo, abril y mayo) no tendrá nada que ver con la de verano (junio, julio y agosto). Este paso refuerza el compromiso del restaurante con la sostenibilidad y los productos de procedencia local, respetando los ciclos de la naturaleza.
Esta nueva etapa se presentará en sociedad a través de un ciclo de cenas privadas para periodistas del sector e invitados especiales, que aspira a posicionar la multiculturalidad culinaria en la agenda de la ciudad. Desde hace unos meses, Kukla es también el único restaurante del barrio de El Carmen que está dentro del Mapa del Disseny, una nueva cartografía colaborativa con los puntos más vanguardistas de la urbe, que conmemora que Valencia sea Capital del Diseño 2022.
A los platos clásicos de la casa, como las ensaladas Fatush (pepino, bulgur, queso feta) y Sabih (tomate, berenjena, huevo duro); o las seis variedades de Hummus (tradicional, Mashawasha, con ajo, berenjena, setas o huevo duro) se le suman en esta estación platos tan apetecibles como el carpaccio de remolacha con salsa de yogur Tahini, los Keftes de Prasa (tortitas de puerro con salsa de yogur) o Borekas de queso y espinacas (deliciosas empanadillas de masa fina que admiten distintos rellenos tradicionales). Cabe recordar que, aunque la mayoría de comensales no se percate, todos estos platos son vegetarianos o veganos. A pesar de trabajar con vegetales, nunca se renuncia la intensidad de sabores.
Adentrarse en Kukla es, en realidad, disponerse a viajar a un lugar que sentíamos lejano, pero en realidad estaba aquí al lado: justo en el centro de la ciudad.