Fotografía Leticia Hueda
Se conocieron en un lounge en la playa, un amigo del Álvaro se acercó al grupo de amigas de ella y empezaron a conocerse. Tras todo el día juntos, se dieron cuenta de que conectaban y, aunque en esa época no vivían en la misma ciudad, decidieron apostar por lo suyo. Cuatro años después no podía ser otro el escenario escogido para celebrar su unión en matrimonio.
“Fue un día muy especial, sin ataduras ni formalismos, en el que la amistad, el amor y la diversión prevalecieron por encima de todo”, afirma la novia.
Diseño propio
Desde muy pequeña tenía claro que su vestido de novia lo diseñaría ella misma, en estos momentos en los que además el diseño es su profesión, dio vida a su vestido ideal. De estilo romántico y sencillo al mismo tiempo, iba todo entallado bordado con pedrería, escote pico y tirante fino. Por detrás dejaba la espalda al descubierto. Lo más original, y funcional al mismo tiempo, era la sobrefalda de gasa de seda, hecha con la técnica de moulage compuesta de drapeados, que se quitaba para convertirse en un vestido corto y sexy. Lució pendientes vintage de oro blanco con piedras agua marina de su abuela. Al look le acompañaba una melena suelta y ondulada y un maquillaje sencillo que intensificaba su mirada.
Así son y así fue
Los novios se encargaron de toda la organización del enlace. Sabían muy bien que querían algo poco formal y personal, en la que predominara su forma de ser, y nadie mejor que ellos para poder lograrlo.
La decoración fue muy sencilla y romántica, predominó el color blanco y el elemento principal fueron las velas, lo que le dio un aspecto muy íntimo a todo el espacio. Hacia la noche la iluminación se volvió en tonos malva y hubo detalles como un corazón iluminado en el techo.
El momento
Uno de los momentos que con más emoción vivieron fue la entrada al salón, ver a toda la gente verdaderamente importante para ellos fue algo muy importante y que les llenó de felicidad.
Álvaro optó por un traje de Carolina Herrera, con un tejido similar al lino, en color tostado y camisa blanca de Adolfo Domínguez. Entró al salón con su madre, Alicia Gil, vestida de Bárbara Torrijos con un vestido brocado azul marino con manga por debajo del hombro y un favorecedor escote. La novia recorrió la entrada, ante la atenta mirada de los invitados, del brazo de su padre, Juan Torrijos.
La belleza del paisaje
Las características del restaurante Duna facilitaron mucho a los novios la intención de crear una boda minimalista, y desde luego las vistas del entorno, tanto de día como de noche, fue algo que quedará en la memoria de los allí presentes.
Así se hizo
El día 5 de julio de 2014
La hora 20:00 h
El lugar y la celebración Arrocería Duna
El vestido de la novia Bárbara Torrijos
El calzado Massimo Dutti
Las joyas Vintage
Peluquería y maquillaje Noelia Martínez
El traje del novio Carolina Herrera y Adolfo Domínguez
El vestido de la madrina Bárbara Torrijos
Fotografía Leticia Hueda
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