La luz natural y la presencia de grandes obras de arte han servido al equipo de Carlos Salazar Arquitectos para conseguir el objetivo de este proyecto: dotar de espacialidad y enriquecer de manera sustancial el interior de la vivienda.
Partiendo de la base de una arquitectura que pretendía inspirarse en las casas tradicionales mediterráneas, el equipo de Carlos Salazar Arquitectos ha empleado cubiertas a dos aguas rematadas con teja árabe y un aspecto cerrado. Predominan también la masa de los muros blancos en el exterior y en el interior con mucha presencia de muros, barreras visuales y cerramientos internos. La operación básica de esta intervención ha sido eliminar en el interior esos obstáculos visuales para dotarlo de fluidez visual y de recorridos, abriendo los espacios para comunicarlos entre ellos creando visuales más amplias que de esa manera queden vinculados al exterior con la intención de que el paisaje de la huerta y sus acequias sean vividas desde el interior.
La planta baja está totalmente abierta, si bien la escalera de subida a la primera planta matiza y diferencia los espacios de salón y cocina. Al lado de la puerta de entrada encontramos un pequeño aseo que queda integrado en lo que aparenta ser un armario. En el salón una cristalera plegable incorpora la terraza a este, conectando todo este espacio directamente con el exterior.
En la planta primera, el doble espacio que genera la escalera de subida entre plantas se incorpora al estudio mediante una ventana interior para ganar sensación de amplitud. Desde este se puede observar la huerta a través de las ventanas de las otras dos habitaciones situadas en la parte opuesta cuando estas tienen las puertas abiertas. En esta planta también podemos ver su dimensión total con esta estrategia, o bien encerrarnos en el espacio en donde nos encontremos. Las dos habitaciones que dan a la huerta están conectadas mediante una gran puerta corredera que hace que se puedan compartir la privacidad personal y también permite disfrutar de toda la amplitud de la casa y las vistas sobre el exterior al tener al alcance todas las ventanas balconeras.
En la segunda planta se ha sacado partido a la buhardilla mediante una habitación con baño y una estancia a modo de estudio con una pequeña terraza a la huerta. El resultado es una casa mucho más luminosa, amplia y conectada al exterior. Para reforzar estas ideas y para resaltar la espacialidad se ha recurrido a la luz artificial y a una excelente colección de obras de arte – con nombres de autores como Eva Lotz, Miguel angel Camano, Dis Berlín, Menchu Lamas entre otros– que sus propietarios han sabido ubicar con muy buen gusto en cada uno de sus espacios.