El diseñador estratégico Andrés Botero ha ofrecido una interesante charla sobre el papel del diseñador en las grandes organizaciones.
Especializado en estrategia de producto, UX y business y service design, Botero admite que ahora mismo la simbiosis del diseño y la tecnología no está salvando el mundo, sino que está generando un cambio que los diseñadores deben ser capaces de gestionar. “La tecnología es una plataforma que amplifica exponencialmente el impacto de nuestro trabajo. Ahora, la ambición de las empresas es convertirse en unicornios gigantes que ofrecen servicios globales mediante la tecnología”, ha comentado Botero. Empresas como Facebook, Airbnb o Netflix están contribuyendo a que nuestra sociedad conviva hiperconectada y sin fronteras. Así es como nace el concepto de metadiseño. Actualmente, se debe entender el diseño como parte de una estrategia que aporta valor al negocio y provoca repercusiones en el futuro.
De esta forma, las compañías han comprendido que, para no suponer un impacto negativo en la sociedad, la incorporación de diseñadores en sus plantillas juega un rol fundamental. Estos perfiles ya no son externos, sino que, en los últimos años, la demanda de diseñadores in-house se ha visto incrementada.
Esta visión acarrea un nuevo paradigma: el diseño de valores inherentes a cada proyecto. Si se entiende que el diseño condiciona las decisiones de los usuarios, aparecen dilemas éticos durante el proceso de creación. “La estrategia ya es un acto de diseño en sí, por eso, debemos aprender a crear teniendo en cuenta las posibles consecuencias. En el diseño, se trata de decisiones”, concluye Botero.
Gracias a la tecnología y la innovación, vivimos en la era de la información, la hiperconexión y las redes sociales. Estos nuevos fenómenos pueden acarrear un futuro utópico o distópico. Es por eso por lo que, cada vez más, el diseño está cobrando valor en las compañías más reconocidas.