El emblemático bar remodela su barra para hacernos gozar como nunca de su oferta de bebidas y tapas desenfadadas.

Entre las paredes de La Gramola, se amontonan historias de noches inmemorables. Su espíritu no se ha perdido, ni se perderá, aunque ahora luzca con un aspecto renovado. Tras unas semanas de actualización, el bar más emblemático y desenfadado de Benimaclet inicia una nueva etapa. En ella, las mismas ganas de reunir personas e ideas, pero más cócteles y cultura de por medio.
La Gramola es un lugar que esboza una sonrisa en la memoria de quienes han pasado por él. Desprende la esencia de un barrio que es una mezcla de estímulos, siempre con buena música y buen ambiente, un lugar donde compartir ideas e inquietudes culturales que hacen de este bar algo más que un sitio para beber y comer.
La cara A de esta renovación viene protagonizada por los cócteles. Algunos más clásicos, otros más rompedores, pero siempre vinculados a una historia, una cultura o canción. En la nueva etapa de La Gramola, la carta de bebidas del local se amplía. Como novedad, la Michelada, el famoso cóctel mexicano, y el cóctel Margarita, que es uno de los más aclamados en La Gramola.

La cara B, en este caso, complementa a la A. Los cócteles van de la mano de las tapas, presentadas tanto en formato individual como para compartir. Empezando por sus platos fríos, como el taboulé de verduras, propio de la gastronomía árabe; o la causa limeña, de talante peruano. También está el ceviche con un toque nikkei, el dimsum de lomo a las cinco especias o el poke hawaiano de atún o salmón. Podríamos seguir por el steak tartar, o los tacos de tinga y carrillera.

Junto a la ampliación y profesionalización de la coctelería, muchas otras acciones vienen a conformar un programa cultural de lo más irreverente. Siguiendo el hilo musical, ¿quién no se acuerda de Furor? El famoso programa que Antena 3 estrenó en los años noventa dará el salto de la pequeña pantalla a la sala de La Gramola durante el mes de junio.
Cuando el cliente se sienta a disfrutar de La Gramola, ya sea en su interior o en su terraza, sabe que está en València -más en concreto en la calle del Baró de San Petrillo, 9, del barrio de Benimaclet-. Y sin embargo, se dispone a viajar por el recetario de otros lugares del mundo, porque sus platos atraviesan fronteras y cocinas.